
Pero hay un aspecto que muy pocos dedican tiempo en mejorar y que parecería tener importancia superlativa en el pronóstico del paciente. Me refiero a nuestra capacidad de influir en el cambio de hábitos de ese niño que asiste a nuestro consultorio. Será que somos lo suficientemente enfáticos cuando hablamos de la importancia del cepillado y el control de la dieta cuando hablamos con los niños y sus padres? Será que somos creíbles en lo que le estamos tratando de transmitir? Será que nosotros mismos estamos convencidos de lo que estamos diciendo con respecto a prevención? Podemos evaluarnos nosotros mismos en este aspecto haciendo una mirada crítica hacia la mejoría o no de la higiene del paciente con el correr de las citas. Pocos momentos son tan satisfactorios en la vida del odontopediatra como cuando el paciente que habíamos visto con gingivitis y gran acumulación de placa hace 15 días, viene con una boca limpia y una encía rosada y saludable habiendo seguido los consejos de la cita previa. O Cuando la madre nos cuenta que el abuelo intentó darle un dulce al paciente y éste lo rechazó “porque el doctor quiere que mis dientes sean saludables”. Son situaciones en los que uno se da cuenta de que está teniendo un impacto en la salud bucal y general de ese niño y por consiguiente siente que está cumpliendo con su trabajo a cabalidad. Ahora, esta motivación lograda muchas veces es transitoria y debe ser retroalimentada en todas las citas siguientes para crear el hábito, que ustedes saben, mientras más temprano se instaure, mayor será su duración.
Aprovecho la oportunidad para invitar al Curso que dictará el Doctor Svante Twetman de la Universidad de Copenhagen (Dinamarca), que estará en Lima (Perú) los días 20 y 21 de agosto en el Hotel Melia hablando de “La Ciencia de la Prevención de Caries Dental”, para más informes, contactar a sociedadperuanaodontopediatria@hotmail.com
Saludos a todos y nos encontramos la semana que viene.
Dr. Alfredo Carrillo