miércoles, 23 de junio de 2010

Habilidad en la Motivación

Cada uno de nosotros tiene uno o varios aspectos de la profesión en los cuales se destaca, hay algunos que son excelentes en la parte técnica, realizan restauraciones perfectas y tratamientos de conducto envidiables, hay otros que son excelentes en el manejo del niño, en el control de la conducta, y hay otros que realizan ambas cosas con suficiencia. Cualquiera sea el caso, los profesionales preocupados por el bienestar de sus pacientes siempre están capacitándose para realizar mejores restauraciones y mejorar en el aspecto del control conductual de los pacientes pediátricos, asistiendo a congresos, charlas, leyendo artículos, etc.



Pero hay un aspecto que muy pocos dedican tiempo en mejorar y que parecería tener importancia superlativa en el pronóstico del paciente. Me refiero a nuestra capacidad de influir en el cambio de hábitos de ese niño que asiste a nuestro consultorio. Será que somos lo suficientemente enfáticos cuando hablamos de la importancia del cepillado y el control de la dieta cuando hablamos con los niños y sus padres? Será que somos creíbles en lo que le estamos tratando de transmitir? Será que nosotros mismos estamos convencidos de lo que estamos diciendo con respecto a prevención? Podemos evaluarnos nosotros mismos en este aspecto haciendo una mirada crítica hacia la mejoría o no de la higiene del paciente con el correr de las citas. Pocos momentos son tan satisfactorios en la vida del odontopediatra como cuando el paciente que habíamos visto con gingivitis y gran acumulación de placa hace 15 días, viene con una boca limpia y una encía rosada y saludable habiendo seguido los consejos de la cita previa. O Cuando la madre nos cuenta que el abuelo intentó darle un dulce al paciente y éste lo rechazó “porque el doctor quiere que mis dientes sean saludables”. Son situaciones en los que uno se da cuenta de que está teniendo un impacto en la salud bucal y general de ese niño y por consiguiente siente que está cumpliendo con su trabajo a cabalidad. Ahora, esta motivación lograda muchas veces es transitoria y debe ser retroalimentada en todas las citas siguientes para crear el hábito, que ustedes saben, mientras más temprano se instaure, mayor será su duración.

Aprovecho la oportunidad para invitar al Curso que dictará el Doctor Svante Twetman de la Universidad de Copenhagen (Dinamarca), que estará en Lima (Perú) los días 20 y 21 de agosto en el Hotel Melia hablando de “La Ciencia de la Prevención de Caries Dental”, para más informes, contactar a sociedadperuanaodontopediatria@hotmail.com

Saludos a todos y nos encontramos la semana que viene.

Dr. Alfredo Carrillo

4 comentarios:

  1. Me encanta el enfoque que les das a la odontopediatria, porque a veces no es tan importante hacer excelentes restauraciones, sino lograr cambiar la actitud del paciente ante la atención odontològica así como los hábitos que a largo plazo se traducirá en un adulto con una muy buena salud bucodental.

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  2. Así es Mirtha, sé que compartimos ese pensamiento, y es bueno transmitirlo a colegas y pacientes. Un saludo grande

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  3. Si señor, yo tengo 2 princesitas de 2 y 4 años y todos los días se cepillan los dientes después de comer y antes de ir a dormir, te digo más, se estarían limpiando los dientes todo el día, ya que les he introducido el habito de la limpieza bucal como si de un juego se tratara.

    Felicidades por tú iniciativa.

    Salu2.

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  4. Hola Hasta los cojones, gracias por tu comentarios y felicidades por haber instaurado el hábito del cepillado a tus hijas tan temprano, algún día te lo van a agradecer. Saludos

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